Estamos estos últimos días rememorando la vida y obra de grandes que, desgraciadamente, nos van dejando cada vez más huérfana nuestra nostalgia y nuestros recuerdos de infancia y primera juventud. Si la muerte de Christopher Lee ya fue un duro 'mordisco' para todos lo que siempre hemos sido 'die hard fans' suyos, ahora hay que añadirle la muerte, el mismo día incluso, del mítico (aunque olvidadísimo) Ron Moody y la Pin-Up pelirroja más alocada del mundo del Burlesque clásico, la incomparable Blaze Starr.
Como quiera que mis intenciones no son pegaros grandes parrafadas sino incitar a que los recuerdos afloren (y que vuestra libido pruebe el poder de otros tiempos), no me extenderé demasiado, de hecho a Blaze Starr ya le hice un generoso homenaje en el 2011 que os invito a que reviséis con tan sólo un 'click' AQUÍ.
Añadir que murió el pasado 15 de junio a la edad de 83 años, muy aquejada ya del corazón y claramente afectada por la enfermedad de su mascota perruna.
Se ha ido una de las grandes, sin duda en el mismo Olimpo de Diosas a lado de Betty Page, Tempest Storm, Lily St. Cyr,...una de las pioneras en el arte del baile más típicamente denominado 'Burlesque', con una capacidad para la improvisación innata, unos movimiento gatunos y expontáneos como muy pocas y un desparpajo increíbles para la época...
Pasemos ahora a rendir honores al muy olvidado Ron Moody (fallecido el 11 de junio) y a mi siempre presente (y muy recurrente) nostalgia infantil, por que sí, porque desconociendo su generosa filmografía en los 60's y 70's y a sabiendas de su mayor gesta con aquella premiada "Oliver!" (1968), para mi siempre será Rothgo, para mí siempre será aquel inquietante mago que medio obligaba a unos niños con sus largas parrafadas a encontrar "El Nidus" (una espada mágica) dentro de una mágica gruta llena de viajes en el tiempo entre sus pasadizos en la que tenía que batirse en duelo con la hechicera 'Belor' (Pamela Salem) en una contienda de rayos y poderes mágicos que, para un criajo de poco menos de diez años como yo, eran lo más en aquellos primeros 80's. Esa ambientación psicodélica, esa atmósfera oscura y esas voces de fondo inquietantes y tétricas me marcaron y aún hoy en día de vez en cuando me sorprendo despertándome entre sudores fríos tras haber soñado que invocaba aquellas palabras: "Rothgoooo, Rothgooo..." cogido de la mano de los tres niños protagonistas...
Me despido con una de sus últimas entrevistas en la que rememora de una forma vitalista, simpatiquísima y divertida la creación de su personaje más reconocido, el de 'Fagin' en "Oliver!"...